lunes, 16 de agosto de 2010

Mi casa es la calle

A veces nos encontramos en el acantilado de la incertidumbre, sentimos que la nostalgia nos atrapa.
De solo saborear la realidad se nos aprieta la garganta y nos brotan lágrimas de impotencia.
Me siento solo, mis pies se encuentran cansados de tanto andar, los miro y están sucios, en mi casa no uso zapatos...
Tengo vista a las estrellas, y creo que el cielo esta hinchado de tantos como yo, es mi respuesta al no estar en el.
El miedo a las noches frías susurra una nueva alma que brilla buscando el calor que alguna vez perdió en el tiempo.
Ese tiempo amargo, que no perdona a los distraídos, que brota segundos a horas y se marchita en años, solo me deja recuerdos del olvido.
Me siento impotente a ver que la vida pasa y sigo mirando mi techo de estrellas.

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